LA OPINIÓN DE TENERIFE: Almudena Cruz 19.11.2013 | 02:20
Tras más de 11 años cerrada al público y un largo listado de inconvenientes, la obra de reposición de las cubiertas de la Catedral de La Laguna se puede dar, por fin, por terminara. El último paso de ese proceso se dio el pasado sábado con la colocación de la cruz que corona la estructura, situada sobre la enorme cúpula central del templo dedicado a Nuestra Señora de Los Remedios.
Los laguneros asistieron este fin de semana al izado de la estructura de madera que dará forma a la cruz que coronará el cimborrio, el punto más alto de la Catedral. Este símbolo está, exactamente, a 40 metros sobre el nivel del suelo. Una vez colocado el armazón de madera, los operarios inyectaron en su interior el mismo tipo de hormigón que ha dado forma al resto de la cubierta.
Con esta pieza termina la estructura que cubrirá el remozado edificio de la calle de La Carrera. En unos diez días, aproximadamente, la cruz estará seca y podrá retirarse el molde que la cubre. Unos cinco días después, tras confirmarse que toda la cúpula está perfectamente seca, los trabajadores de la empresa Víctor Rodríguez e Hijos podrán empezar a retirar la compleja estructura de andamios que rodea actualmente el edificio.
Desde hace unas semanas, los miles de laguneros y visitantes que a diario transitan por esta parte del casco histórico han sido testigos de la construcción en un complejo sistema de andamiaje por toda la fachada y sobre la misma cúpula central.
Este esqueleto de madera tenía que superar, incluso, la de la propia cruz que corona el techo. Era necesario para que los operarios pudieran trabajar con seguridad, recibir la estructura de la grúa y colocarla adecuadamente para después inyectar el hormigón.
La gran cúpula principal será además, y por lo pronto, la única parte del techo que quedará definitivamente acabada. La altura de la misma y la necesidad de ese andamiaje han hecho necesario que los elementos exteriores, básicamente los acabados ornamentales, sean colocados una vez seque el hormigón.
El resto de la cubierta exterior permanecerá sin rematar hasta encontrar financiación. Pasará lo mismo con los remates internos del techo, que quedarán también sin hacer a la espera de nuevas partidas. Según el calendario previsto, la obra será entregada a mediados del próximo mes de diciembre.
Al tiempo, se ha aprovechado para hacer la puesta a punto del exterior del edificio. Se ha vuelto a encalar y a pintar. La cubierta está terminada pero aún faltan por resolver muchas dudas, como la restauración de algunos retablos que tuvieron que quedarse dentro del edificio.
Además, el Obispado aún no ha recibido el dinero comprometido desde el Ministerio de Cultura para la financiación de sus obras. No obstante, hace unas semanas, se concedió una ayuda extraordinaria de un millón de euros para dar un respiro a las castigadas arcas del Obispado de Tenerife. La institución religiosa ha tenido que contraer un préstamo para enfrentar una reforma valorada en seis millones de euros y que al final, debido a los retrasos, costará ocho.
Los laguneros asistieron este fin de semana al izado de la estructura de madera que dará forma a la cruz que coronará el cimborrio, el punto más alto de la Catedral. Este símbolo está, exactamente, a 40 metros sobre el nivel del suelo. Una vez colocado el armazón de madera, los operarios inyectaron en su interior el mismo tipo de hormigón que ha dado forma al resto de la cubierta.
Con esta pieza termina la estructura que cubrirá el remozado edificio de la calle de La Carrera. En unos diez días, aproximadamente, la cruz estará seca y podrá retirarse el molde que la cubre. Unos cinco días después, tras confirmarse que toda la cúpula está perfectamente seca, los trabajadores de la empresa Víctor Rodríguez e Hijos podrán empezar a retirar la compleja estructura de andamios que rodea actualmente el edificio.
Desde hace unas semanas, los miles de laguneros y visitantes que a diario transitan por esta parte del casco histórico han sido testigos de la construcción en un complejo sistema de andamiaje por toda la fachada y sobre la misma cúpula central.
Este esqueleto de madera tenía que superar, incluso, la de la propia cruz que corona el techo. Era necesario para que los operarios pudieran trabajar con seguridad, recibir la estructura de la grúa y colocarla adecuadamente para después inyectar el hormigón.
La gran cúpula principal será además, y por lo pronto, la única parte del techo que quedará definitivamente acabada. La altura de la misma y la necesidad de ese andamiaje han hecho necesario que los elementos exteriores, básicamente los acabados ornamentales, sean colocados una vez seque el hormigón.
El resto de la cubierta exterior permanecerá sin rematar hasta encontrar financiación. Pasará lo mismo con los remates internos del techo, que quedarán también sin hacer a la espera de nuevas partidas. Según el calendario previsto, la obra será entregada a mediados del próximo mes de diciembre.
Al tiempo, se ha aprovechado para hacer la puesta a punto del exterior del edificio. Se ha vuelto a encalar y a pintar. La cubierta está terminada pero aún faltan por resolver muchas dudas, como la restauración de algunos retablos que tuvieron que quedarse dentro del edificio.
Además, el Obispado aún no ha recibido el dinero comprometido desde el Ministerio de Cultura para la financiación de sus obras. No obstante, hace unas semanas, se concedió una ayuda extraordinaria de un millón de euros para dar un respiro a las castigadas arcas del Obispado de Tenerife. La institución religiosa ha tenido que contraer un préstamo para enfrentar una reforma valorada en seis millones de euros y que al final, debido a los retrasos, costará ocho.
