sábado, 28 de julio de 2012

La Opinión de Tenerife: Artículo con ocasión de la Fiesta de San Cistóbal de La Laguna. "Un cumpleaños sin fecha"

ALMUDENA CRUZ. LA LAGUNA 
En medio de la batalla de Aguere, el enfrentamiento definitivo entre el grueso de las tropas castellanas y los aborígenes de los bandos guerreros del norte de Tenerife, el gaditano Alonso Fernández de Lugo encomendó su alma a San Cristóbal. Entre los gritos de sus soldados y el fragor del enfrentamiento, decidió de antemano el nombre que, 516 años después, luce la única ciudad Patrimonio de la Humanidad de Canarias.

No es la primera vez, ni será la última, que el Adelantado resuelve hacer coincidir una de sus proezas militares con fechas señaladas en el calendario litúrgico católico.

Según consta oficialmente, la batalla de Aguere tuvo lugar el 25 de julio de 1496, día de Santiago Apóstol. No obstante, y como ya había dedicado a este santo el enclave de sus tropas en Los Realejos, Fernández de Lugo opta por San Cristóbal, aunque la Iglesia fija el 10 de julio como el día oficial de este santo.

Pero ahí no acaban las dudas. Cuando el Cabildo de La Laguna, el primer Ayuntamiento de la Isla, fija en sus ordenanzas los días festivos, se opta por el 26 de julio como fecha oficial de la onomástica de la fundación de la ciudad. Sin embargo, desde hace ya varias décadas, la fiesta se trasladó al 27 de julio. ¿Cuándo se celebra entonces el cumpleaños de la ciudad?

Con todo este lío de fechas y santos lo que queda claro es que, por un lado, Fernández de Lugo tenía –además de los objetivos prácticos de la conquista– una profunda vocación evangelizadora. Por otro, puede que ayer La Laguna celebrara su 516 cumpleaños convencida de la oficialidad de la fecha pero "hay que dejar claro que en este tipo de acontecimientos siempre hay que hablar de forma aproximada", explica el historiador Manuel Hernández. "Hay mucha leyenda y confusión en torno a las fechas exactas porque el elemento simbólico jugó un papel importantísimo en la Conquista", apostilla.

Es curioso, reconoce el también director del Centro de Documentación de Canarias y América (Cedocam), que el santo elegido fuera el patrón de los viajeros. "San Cristóbal es un santo muy relacionado con la marina. Es el protector de los movimientos", detalla.
Con todo, de lo que sí no queda duda es que en el lugar donde hoy se sitúa la ermita en honor a San Cristóbal se celebró la contienda que dejó en manos de los castellanos el dominio en la isla de Tenerife. Por tal motivo se erige también en esa zona la Cruz de Piedra.
De los orígenes de las celebraciones que recuerdan la gesta de los castellanos dan cuenta, también, las actas de aquel primigenio Ayuntamiento. "De hecho, relatan cómo se festejaba a San Cristóbal: el alférez mayor exhibía el Pendón real y el desfile era acompañado por tambores y clarines". La procesión salía desde el Ayuntamiento y discurría hasta la ermita del santo. "Las dos parroquias laguneras de la época rivalizaban por acoger las celebraciones eucarísticas, en 1542 se acuerda que se celebren alternativamente en Los Remedios y La Concepción", añade el historiador.

No obstante, y como sucede también en la actualidad, el fervor por San Cristóbal nunca llegó a calar del todo en la sociedad lagunera. "Este patronazgo siempre ha estado cerca de la decadencia porque, aunque no lo sea de forma oficial, el Cristo de La Laguna siempre ha centrado todo el protagonismo devocional", explica Hernández.

Esa falta de motivación en torno al santo que da nombre a la ciudad se refleja, además, en la historia de su ermita. Actualmente no acoge misas y, de hecho, la mayor parte del año permanece cerrada.

Anton Joven, uno de los guerreros castellanos que participó en la batalla de Aguere, la hizo construir en el lugar de la batalla. Existen documentos que hablan de su existencia ya en 1530. Es una de las construcciones más antiguas de la ciudad y, por ende, de la Isla. No obstante, en el siglo XVIII, llegó a estar prácticamente en ruinas. De hecho, su fachada actual corresponde a 1928, cuando fue demolida la original y su estructura fue retranqueada desde su ubicación inicial.

El sepulcro de Guanarteme
Pese a la desgracia de este templo, esta ermita lagunera también oculta su peculiar historia.

Un escribano de la época dejó constancia de que entre sus paredes fue sepultado el cuerpo de Fernando Guanarteme. Falleció a causa de una epidemia y su nombre ha pasado a la historia.

Guanarteme fue uno de los líderes aborígenes de Gran Canaria que, como otros muchos habitantes de esa Isla, se unió a las tropas castellanas para colaborar en la conquista de Tenerife. No se conocen más datos acerca de esta sepultura y, de hecho, el escribano ni siquiera apuntó el lugar exacto del enterramiento. Nadie ha excavado nunca en esa zona.

La historia se ha portado de forma inconstante con el patrón lagunero. Las autoridades de la ciudad intentan en vano darle más importancia a sus fiestas en 1567. "Querían darle a las celebraciones un carácter insular, por eso decretan la presencia en los actos de los capitanes de las milicias de toda la Isla", recuerda Hernández. Estos esfuerzos no evitan su decadencia. No obstante, en 1561 se organizan lidias de toros, música, danzas, sátiras, juegos y luminarias de fuego en honor a San Cristóbal. Ya en 1677, los archivos municipales dejan constancia del empleo de "seis carretadas de rama" en el enramado de la iglesia para los festejos del patrón.

Fernández de Lugo dejó su huella indeleble en La Laguna, el lugar donde decidió asentar la primera capital de la Isla porque su lejanía de la costa la hacía más segura frente a los frecuentes ataques de piratas y corsarios. La riqueza de sus suelos y el agua de la laguna que dio nombre a la nueva localidad también fueron determinantes en la elección del gaditano.

La Laguna de hoy es heredera directa de sus elecciones y predilecciones. Sus profundas creencias religiosas han marcado el calendario vital e histórico de sus vecinos. Sus preferencias religiosas, sin embargo, quedaron patentes también en otras muchas localidades. "Hay dos obsesiones fundamentales para él, las del día de la Cruz y la de San Miguel Arcángel", detalla Hernández. De hecho, aunque en años distintos, el Adelantado hizo coincidir la fundación de las capitales de Tenerife y La Palma con el Día de la Cruz. San Miguel, por otro lado, fue su santo predilecto. "Es el encargado de rescatar a las ánimas del purgatorio, y es el patrón de Tenerife y La Palma por deseo de Fernández de Lugo", detalla el historiador.

Convivencia
Más de cinco siglos han pasado desde que aquellas primeras casas levantadas sin ton ni son en la Vega lagunera se convirtieron en la capital de la Isla. El Adelantado decidirá después el traslado de su domicilio desde la Villa de Arriba, en el entorno de La Concepción, hacia la Villa de Abajo, la zona donde se alza el Ayuntamiento.

La decisión del regidor se recoge en los acuerdos del Cabildo. Con su mudanza obliga a los vecinos a instalarse en la Villa de Abajo, prohibiendo todo tipo de comercio y construcción en la Villa de Arriba. Llega incluso a decretar multas económicas para los que se atrevan a levantar construcciones en esa zona.

516 años después, ayer el Ayuntamiento de La Laguna firmó una Declaración por la Convivencia en la que plasma su convencimiento de que hay herramientas más útiles que las multas para evitar que los ciudadanos incumplan las ordenanzas. La Laguna apuesta ahora por la formación y los trabajos en favor de la comunidad.

Los representantes de las 25 asociaciones que conforman la Comisión de Convivencia de La Laguna, con el apoyo del Ayuntamiento y de los representantes de todos los partidos políticos, hicieron coincidir el aniversario de la fundación de la ciudad con la firma de un documento que "sienta las bases para la futura ordenanza que regule la convivencia entre todos los laguneros", explicó el presidente del organismo vecinal, el periodista José Carlos Marrero.

Uno por uno, y amparados en la solemnidad del salón de plenos de las Casas Consistoriales, firmaron un documento que el alcalde, Fernando Clavijo, calificó de "histórico". "Estoy orgulloso de compartir este momento con todos ustedes", añadió.

Tras el acto protocolario, los dirigentes municipales acudieron a la iglesia del Convento de las Claras. Una misa y la posterior procesión cerraron los actos de conmemoración del aniversario de la ciudad. A las celebraciones acudieron un modesto número de personas. Desde hace años, la talla de San Cristóbal se venera en Las Claras, alejado de su enclave original en la ermita de la Plaza Milagrosa.

El deán de la Catedral, Julián de Armas, presidió la eucaristía en honor al patrón principal de la ciudad. "Son 516 años de edad, y a pesar de los siglos La Laguna sigue siendo joven", aseguró el sacerdote. Durante la misa, De Armas pidió por el municipio de La Laguna y sus dirigentes. "Que nuestros organismos e instituciones puedan encauzar esta crisis terrible que vivimos", rezó. De hecho, el deán se encomendó a San Cristóbal, como ya hiciera el Adelantado durante aquella primera batalla, para que "nos proteja a todos y podamos ayudar a los que peor lo están pasando".

Don Julián no se olvidó de rezar por la Catedral. "Las obras avanzan pero el dinero no llega", se lamentó durante la eucaristía.

El repique de las campanas y las notas de la banda municipal de música precedieron la salida del patrón de la iglesia. Varias decenas de personas lo acompañaron durante la procesión. Para hacerle honores, el trono del santo fue escoltado por agentes de gala de la Policía Local. Buena parte de la Corporación, con el alcalde Clavijo al frente, y varios representantes del Cabildo de Tenerife acudieron a la cita con San Cristóbal.

La cifra de asistentes demuestra que, pese a darle nombre a la ciudad, La Laguna no ha terminado de vincularse emocionalmente con el mártir. Ya han pasado 516 años desde que el Conquistador entonara una plegaria pidiéndole ayuda y fundara, casi en una inspiración, San Cristóbal de La Laguna.

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