Experiencia
humana
Como sabemos,
nuestro mundo produce suficientes recursos para que todas las personas tengan
lo necesario para vivir dignamente, pero tristemente no existe un reparto
equitativo de los bienes. El egoísmo, los intereses, la ambición desmedida dan
lugar a la dolorosa paradoja de que mientras la sociedad opulenta derrocha la
mayor parte de los bienes, multitud de seres humanos no logran salir de su
miseria. Con este planteamiento de fondo, sin embargo, también asistimos desde
hace décadas a un movimiento solidario que, superando el pesimismo, trata de
poner los medios que están a su alcance para compartir con quien no tiene.
¿Conocemos
alguna iniciativa solidaria que se haya llevado a cabo en nuestro entorno?
¿Hemos podido participar de alguna acción en favor de quien lo necesita?
“Desde la década de 1990 el mundo
de la moda ha sufrido un cambio radical tras el impacto de la globalización
económica y cultural: no sólo ha cambiado el sistema de producción,
distribución y comercialización, sino que marcó el comienzo de nuevos tipos de
relaciones entre los consumidores y los objetos. Lipovetsky, (2007) y Bauman
(2007) coinciden al afirmar que los autores los seres humanos nos hemos
convertido en seres guiados por el “usar y tirar”, por la creciente sensación de
que todo es efímero y que los productos que compramos y utilizamos tienen una
vida útil muy reducida: siempre empujados por lo nuevo, por más velocidad, más
estilo o simplemente, por un deseo inexplicable “por el cambio”. (Ana Martínez Barreiro, Departamento de
Sociología y Ciencia Política y de la Administración, Universidad de la Coruña)
“Karibu es una ONG que atiende a inmigrantes
subsaharianos en Madrid. Uno de sus servicios más demandados es el ropero, al
que acuden miles de africanos que no tienen con qué vestirse. María del Carmen
lleva 15 años como voluntaria, dando testimonio entre sus hijos y nietos de la
importancia de vestir al desnudo. «Estas personas no tienen ni ropa ¡y son
iguales que yo! ¿Qué he hecho yo para nacer en España y no en África? Nada.
Entonces, ¿por qué puedo cambiar de ropa cuando quiera y ellos no tienen ni un
jersey en invierno? Si no tuviera fe, quizá no estaría aquí, pero creo que
vestir al desnudo es una obligación humana».
(Tomado de www.catholic.net:
“vestir al desnudo” (Antonio Rivero, L.C)
Experiencia
cristiana
“Estaba desnudo y me vestisteis” (Mateo 25, 36).
El Papa explicó que
en este año Santo se necesita armonizar el hacer con el ser porque: “no basta con hacer obras de
misericordia, sino que hay que ser misericordiosos con los demás” y
citó a san Juan de la Cruz: “en el ocaso de nuestras vidas, seremos examinados
en el amor”.
Texto-experiencia real: Las Claras
envían a Angola un contenedor con 20.000 kilos de alimentos y ropa
"Gracias a la colaboración de entidades y personas
anónimas, las monjas de clausura de Santa Clara llenaron ayer entre las 07:00 y
las 12:00 horas un contenedor de 40 pies, con 20.000 kilos de alimentos, ropa,
calzado y un importante material sanitario donado por el hospital La Colina y
la familia del fallecido oftalmólogo Fornier, que salió más tarde para Angola,
donde se piensa que llegará dentro de 20 días.
El contenedor fue llenado gracias a la colaboración de 20
voluntarios y la empresa Dyrecto de forma desinteresada, cuyo representante
destacó que, gracias al reportaje previo de El Día, la gente de la Isla respondió con
tanta solidaridad que en el convento quedó mercancía como para enviar otro
segundo contenedor el próximo mes. Lo que todavía hace falta es que
determinados organismos oficiales o empresas, como ha hecho Fred. Olsen, den
ayuda económica para pagar la totalidad del gasto del envío del contenedor.
La superiora del convento de Santa Clara, Sor María
Luz, estaba ayer muy contenta con el envío y mucho más su hermana, el alma de
este proyecto, Sor María Belén.
El hospital La Colina donó una máquina de rayos X, una
máquina de respiración asistida, vitrinas, ordenadores y material sanitario
como gasas y algodón. Por su parte, la familia del prestigioso y ya fallecido
oculista Fornier dio todo el material de su consulta.
Es de destacar que el contenedor va precintado y no
será abierto hasta que llegue a su lugar de destino que es Luanda, para
distribuir el material sanitario en el hospital que tienen en el lugar las
monjas Clarisas, mientras que la ropa y los alimentos beneficiarán mucho a los
ingresados en la leprosería, a los niños huérfanos que transitan solos las
calles y a los pobres.
Las monjas agradecen la ayuda a todo el pueblo de
Tenerife y especialmente a las donaciones y ayudas del hospital La Colina,
Fred. Olsen, Palacio Hindú, arciprestazgo de Taco y el colegio Santa María,
cuya ayuda logrará lo que persiguen las Clarisas, como es aumentar la calidad
de vida de quienes sufren la pobreza en la localidad de Luanda". (Noticia
real publicada en el periódico tinerfeño El Día, el 4 de marzo de 2007)
¿Conocías esta acción? ¿Es posible la colaboración entre la
comunidad cristiana y las entidades públicas o privadas? ¿Podrías poner
ejemplos de otras acciones que conozcas?
Expresión
de fe. La fe hecha vida
Cuando hablamos
de misericordia no nos quedamos solamente en el plano espiritual, también hay
obras llamadas “corporales”, que se materializan en las necesidades reales de
nuestros hermanos. Es el Dios de misericordia quien nos invita a actuar con el
hermano como aquel Buen Samaritano que se detuvo en su camino para dedicar
tiempo, esfuerzo y medios a la atención de quien se encontró herido, tumbado en
el camino de la vida (Cfr. Lc 10, 25-37).
Reflexiona
y comparte en grupo
Dice Marko Rupnik sj que “el vestido
tiene que ver con la identidad más profunda de la persona. Tan es así que la
desnudez es la pérdida de esa identidad y expresa su cercanía a la muerte”.
Entonces, lo de vestir al desnudo ya no es solamente dar nuestra ropa pasada de
moda a Cáritas, sino que se convierte en la obra de ayudar a recuperar la
intimidad y la profundidad de la persona, crear espacios, situaciones,
relaciones que colaboren en la rehabilitación del que ha perdido sus rasgos más
íntimos.
Vestir al desnudo exige un profundo
respeto, pues no se trata de imponer mis gustos o mi visión de la vida. Se
trata de acompañar a quien necesita restaurar su humanidad, lo mejor de su modo
de proceder y de situarse ante la vida; es ofrecer abrigo al que siente frio
para que no bajen sus defensas. Vestir al desnudo no es hacer de estilista que
crea algo nuevo, que experimenta con colores, tejidos y peinados, sino ayudar a
descubrir o redescubrir el fin para el que ha sido creado, a vivir vidas con
sentido y horizonte, a ver lo que Dios nos ha dado para que nuestra vida vaya a
más. (pastoralsj.org)
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