viernes, 24 de abril de 2015

LOS SACERDOTES QUE ESTÁN CELEBRANDO SUS 25 AÑOS DE ORDENACIÓN PARTICIPARON EN LA MISA PRESIDIDA POR EL PAPA EN SANTA MARTA


Los sacerdotes de nuestra diócesis que están en Roma estos días, celebrando sus bodas de plata sacerdotales, pudieron celebrar junto al Papa Francisco, la Eucaristía este 24 de abril. Los referidos presbíteros son: Francisco Ignacio Hernández, Gabriel Morales, Juan Manuel Yanes y Juan Ramos. Igualmente, se encuentra con ellos el vicario general, Domingo Navarro, quien cumpliera sus 25 años de ordenación en 2014. Todos ellos pudieron participar en la misa matutina de este viernes, presidida por el Santo Padre, en la Capilla de la Casa Santa Marta.
Según apuntó Juan Manuel Yanes, en nombre del grupo de sacerdotes diocesanos, se trató de una Eucaristía sencilla que pudieron vivir con mucho gozo. Al finalizar la celebración, el obispo de Roma los saludó afectuosamente, les preguntó por el obispo nivariense y tuvo unas palabras de recuerdo hacia el santo José de Anchieta. Además, el Papa Francisco, les animó a seguir adelante en el ministerio sacerdotal.
En la homilía, partiendo del encuentro de Pablo con Jesús, el Santo Padre invitó a los participantes en la Eucaristía, a hacer memoria de cada encuentro personal con el Señor, a permanecer en ese encuentro y a renovarlo cotidianamente en la Eucaristía.


NOTA DE RADIO VATICANO:
(RV).- Recordar la primera vez que sentimos a Jesús a nuestro lado y ver en los Evangelios cómo Jesús encuentra a la gente. Reiterando que Jesús nunca olvida el día en que nos encontró por primera vez, alentó a pedir a Dios ‘la gracia de la memoria’ para recordar siempre, precisamente, nuestro encuentro con Jesús, que es único para cada uno, es el primer amor.
En su homilía de la Misa matutina en la Capilla de la Casa de Santa Marta, el Santo Padre hizo hincapié en que Jesús elige un encuentro, como forma de cambiar la vida de los demás. Juan y Andrés, que pasan con el Maestro toda la velada. Simón que se vuelve la ‘piedra’ de la nueva comunidad. La Samaritana, el leproso, que regresa para agradecer por haber sido sanado, la mujer que queda sanada al tocar la túnica de Cristo.
El primer encuentro
Evocando, con la liturgia del día, el encuentro, cerca de Damasco, de Jesús con Saulo, que de persecutor anticristiano se vuelve Apóstol, el Papa se refirió a los encuentros con el Señor. Encuentros decisivos que deben llevar al cristiano a no olvidar nunca el primer momento en que percibimos la cercanía de Jesús a nuestro lado:
«Él nunca olvida, pero nosotros olvidamos nuestro encuentro con Jesús. Y ésta sería una bella tarea para hacer en casa: pensar en cuándo sentí al Señor cerca de mí, de verdad. ¿Cuándo sentí que debía cambiar de vida, o ser mejor, o perdonar a una persona? ¿Cuándo sentí al Señor que me pedía algo? ¿Cuándo encontré al Señor? Porque nuestra fe es un encuentro con Jesús. Éste es el fundamento de nuestra fe: he encontrado a Jesús como Saulo hoy».
La memoria de cada día
Preguntémonos sinceramente, aconsejó una vez más el Obispo de Roma: ¿cuándo Señor me dijiste algo que cambió mi vida o me invitaste a dar ese paso en mi vida?:
«Ésta es una bella oración y les recomiendo que la recen cada día. Y cuando te acuerdas, te alegras con eso, con ese recuerdo que es un recuerdo de amor. Otra bella tarea es la de leer los Evangelios y ver tantas historias. Ver cómo Jesús encuentra a la gente, cómo elige a los apóstoles, cómo hay tantos encuentros con Jesús allí. Quizá alguno se parezca al mío. Cada uno tiene el suyo».
No olvidemos nunca el primer amor
Para Cristo su relación con nosotros es de predilección, es una relación de amor, una relación de ‘tú y yo’, volvió a subrayar el Papa:
«Rezar para pedir la gracia de la memoria: Señor ¿cuándo fue ese primer encuentro, ese primer amor? Para no escuchar ese reproche que dirige el Señor, en el Apocalipsis: debo reprocharte que hayas olvidado el primer amor»

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